Ayer, 30 de marzo, como todos los años desde hace más de una década, la Comisión Cívica de Alicante para la Recuperación de la Memoria Histórica compareció en el Puerto de Alicante para rendir homenaje a los republicanos que fueron apresados allí cuando finalizaba la Guerra Civil y también a quienes en los días previos lograron escapar de la represión en buques como el Stanbrook y el Marítima. Esta vez me correspondió ejercer la portavocía. Este fue el contenido de mi intervención:
"Buenos días
vecinos y vecinas, compañeros y compañeras, amigas y amigos. Bienvenidos
de nuevo al Puerto Alicante.
Hace más de
una década que la Comisión Cívica de Alicante para la Recuperación de la
Memoria Histórica convoca encuentros como el que hoy nos ha traído aquí, a este
lugar donde volvemos a reunirnos los demócratas para recordar que, en los
últimos días de marzo de 1939, miles de republicanos llegaron a estos muelles
huyendo del fascismo, con la esperanza de que unos barcos inexistentes les
llevasen a cualquier destino, permitiéndoles escapar de la represión que se
avecinaba.
Acto en el Puerto de Alicante, 30 marzo 2016 |
Tal día
como hoy, hace 77 años, las tropas fascistas de la División Littorio, mandadas
por el general Gambara, que fueron enviadas por Mussolini en apoyo de los
generales sublevados contra la República, tomaron la ciudad y cercaron este
puerto, donde quedaron atrapadas más de quince mil personas, combatientes y
civiles, mujeres, hombres y niños. Apenas unos miles lograron su propósito de
escapar a la represión a bordo de barcos como el Stanbrook, el Marítima y
otros. Han pasado
77 años y aquí estamos, sobre el mismo suelo que pisaron aquellos héroes, que
defendieron con su sacrificio, con su sangre y hasta con su vida la legalidad
republicana.
Ante este
monolito que la Comisión Cívica levantó hace dos años, nos hemos congregado de
nuevo para revivir y reivindicar el reconocimiento de unos hechos y de unos
protagonistas que tanto está costando sacar a la luz, para que alumbre definitivamente
el conocimiento de la historia completa de esta ciudad, sin manipulaciones ni
cortapisas, para que todas y todos la conozcamos en su integridad.
Tenemos la
esperanza de que ésta no sea otra primavera tramposa, como aquella que en 1939 sumió
a infinidad de personas en el más largo y crudo invierno de la represión y del
exilio. Hace demasiado tiempo que en esta ciudad se asocia la primavera con los
aniversarios de unos hechos luctuosísimos, de los que ahora se cumplen casi
ocho décadas. Querámoslo o no, cada año revivimos la onomástica de la derrota
final de un proyecto democrático, que fue interrumpido por la barbarie, por la violencia
de las armas, por la implantación del terror como sistema de convivencia. Y
ello nos produce sentimientos encontrados: por un lado, nos entristece
profundamente; por otro, fortalece nuestras convicciones y nuestra
perseverancia en reivindicar la legitimidad y la vigencia de la mayor apuesta
por la modernidad que haya existido en España en los últimos siglos. Tenemos la
esperanza de que esta sea una primavera diferente, de que haya llegado definitivamente
el tiempo de la verdad, de la justicia y
de la reparación de quienes lo defendieron hasta las últimas consecuencias.
Desgraciadamente,
en este escenario que hoy nos congrega, primero fue el silencio o, en el mejor
de los casos, los susurros con los que entrecortadamente fuimos conociendo
nuestra propia historia. Quienes pudieron escapar a la represión, a la ignominia
o al acallamiento fueron escribiendo los capítulos de un relato oculto, que
sólo en las últimas décadas ha empezado a mostrarse y que debe prevalecer, para
que logremos llegar a ser plenamente quiénes somos.
Vuelve el tiempo
de la primavera y de la memoria, vuelve un nuevo año de y para la memoria
histórica. Un año en el que hemos puesto grandes esperanzas para conseguir dibujar
el itinerario completo de nuestra propia biografía. Obviamente, para ello
contamos con los nuevos gobiernos del municipio y de la Generalitat, cuyos
representantes, por fin, comparten con nosotros convicciones, declaraciones, actos
y conmemoraciones, como la de hoy.
Reivindicamos
un año más, el gran concierto de la memoria, articulado con los corazones y las
heridas de quienes se fueron, sin apenas dejarnos otros testimonios que su cautiverio,
su sacrificio o su muerte. Hoy nos convoca aquí una onomástica tejida con muchas
memorias, las de dentro y las de fuera, las urdidas contra el silencio y las que
combatieron y combaten contra la estupidez o la sinrazón.
Hoy, el
pequeño monolito que tenemos delante nos advierte a los alicantinos y
alicantinas, y a quiénes nos visitan, de que éste fue un lugar emblemático y
simbólico para la ciudad en un momento clave de su historia. Sin embargo, pese
al esfuerzo que costó erigirlo, nos parece parco homenaje para los hombres y
mujeres a quienes distingue.
Por ello,
la Comisión Cívica, entre otros, tiene dos grandes proyectos para el año 2017. Por
un lado, nos hemos propuesto que sea el año en el que vea la luz un gran memorial,
que pretendemos instalar muy cerca de aquí, que representará con dignidad y
rendirá el homenaje que merecen los republicanos y las republicanas que vieron
disiparse en estas aguas cuantas esperanzas tenían. Por otra parte, empeñaremos
nuestro esfuerzo en ayudar a que se materialice el hermanamiento de la ciudad
con la de Cardiff, la patria chica del capitán Dickson, el héroe del Stanbrook.
A ambos propósitos vamos a dedicar nuestros energías en los próximos meses, con
la esperanza que el año próximo, cuando volvamos aquí, ambos sean ya una
realidad.
Muchas
gracias.
¡Salud y
República! "
Molt emotiu, molt ben escrit...molt ben reflexats els sentiments i pensaments de tots nosaltres, companys, membres de la Comissió Cívica i crec, que de tota la gent de be. Salut i Republica.
ResponderEliminarUn acert. Carme
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