15 de julio, por fin llegó el gran día, una ardorosa jornada para completar otra semana canicular. Atrás quedaron momentos de nerviosismo, de impaciente espera del ansiado reencuentro acordado por un nutrido grupo de personas, que nacieron cuando se iniciaba la década de los 70 y que finalizaron la EGB mediada la de los 80. La cita era a las 14:00 h. en el restaurante Rincón del Polío, de San Vicent del Raspeig. Hacía días que la emoción estaba a flor de piel. A medida que iban llegando, unos se reconocían a primera vista y se apresuraban a abrazarse y besarse alborozadamente. Otros, más timoratos o confusos, reiteraban a quienes encontraban la misma pregunta: «¿Te acuerdas de mí?». Tras las lógicas vacilaciones, reaccionaban con efusivas muestras de afecto y adoptaban actitudes de innegable complacencia. Los profesores abrazábamos a unos, besábamos a otros y los mirábamos a todos, porfiando por identificar y poner nombre a cada rostro, asociándolo con las imágenes que todavía retenemos de su infancia. Ciertamente, eran unos chiquillos cuando los conocimos y, después de tantos años, cuesta reconocerlos escudriñando en la fisonomía de personas en plenitud, que fueron en su día nuestros alumnos en el extinto Colegio Público Ruperto Chapí.
Proliferaban los piropos entre compañeras y compañeros. Por momentos, las risas y expresiones de satisfacción se adueñaban del ambiente. Algunos apenas podían controlar la emoción y contener las lágrimas. Otros confesaban haberse desvelado la noche anterior, imaginando los detalles del feliz reencuentro. Los profes estrujábamos las neuronas para lograr reconocer las vetustas siluetas y rostros infantiles en las fisonomías actuales, intentando colocar a cada cual en el imaginario pupitre de su clase.
Seguro que se me olvidará alguien — si así fuere, aquí tienen los omitidos mis disculpas por anticipado—, pero creo recordar que allí estuvieron Juan Carlos Almagro, Santiago Vera, José V. Campayo, Miguel Ángel Cubí, José Ignacio Ros, Isabel Fernández, Javier Ramírez, José A. Sánchez (Toño), Asunción Martí, Toñi Aracil, M. Mar Richart, Carmen Cana, Jaime Sarrión, David García, Rafa Forner, Alberto Guzmán, María Cristina Sánchez, María José Muela, Pedro M. Amat, Juan Carlos Blanco, Ubaldo Martínez, Bernardo Esquiva, Yolanda Pomares, M. Cristina Soro, Leopoldo Gumpert, David Cubí y Agustín Congost. También Manolo y Vicente, en representación de los profesores. Una amplia y cualificada muestra del más de medio centenar de chicas y chicos que integraron la promoción que concluyó la EGB el año 1985, si no me falla la memoria.
Nos aplicamos a dar buena cuenta del menú negociado por los organizadores —es justo que destaque aquí el afán y los buenos oficios desplegados por Miguel Ángel Cubí y Cristina Soro, y el apoyo de J. Ramírez—, integrado por aperitivos varios tales como tostas con tomate y alioli, jamón de reserva y queso manchego, dúo de croquetas de jamón, queso fresco frito con mermelada casera de tomate, calamares a la andaluza y gambas al ajillo. Como plato principal se ofrecía arroz del señoret (seco, o meloso con verduras), bacalao al horno gratinado con alioli y solomillo a la pimienta. Obviamente, todo ello bien regado con refrescos, cervezas y vino. Naturalmente, dimos cumplida cuenta de las viandas, pero lo auténticamente relevante fueron los prolegómenos y la sobremesa, en los que compartimos infinidad de anécdotas, vivencias, risas y muchos, muchos recuerdos.
Rememoramos las danzas y las canciones, los juegos y los deportes, la cantina y los murales…, las excursiones y los viajes de fin de curso. Las envidias y pelusas que generaban los destellos del «Ruperto» entre los colegios vecinos: Emilio Varela, Lucentum, La Paz… Tiempo para el recuerdo y para las pequeñas nostalgias, ¿por qué no? Reminiscencias de las contingencias y acontecimientos que vivimos en aquella pretérita época. Escenarios lejanos y complacientes que sirvieron de telón de fondo a la gratificante travesía que significó nuestro paso por el Colegio. Hechos acontecidos y aspiraciones imaginadas. Anécdotas y vivencias que recordamos con ternura e incluso con cierta melancolía. Materia inagotable para las improvisadas tertulias, abigarradas de temas y profusión de inquietudes; demasiadas cosas para abordarlas en tan poco tiempo. Diálogos a una, a dos y hasta a tres bandas. Nostalgia, filosofía de la cotidianidad, recuerdos enhebrados con expresiones benévolas y azucaradas, mientras se consumen cafés, aguas minerales y algún cubata.
Cerrar el encuentro fue difícil porque a nadie le apetecía marcharse. A los profesores nos hubiese gustado concluirlo con un pronunciamiento y un deseo imaginarios: «¡Gracias por volver al Colegio! ¡Como siempre, os esperamos de nuevo con las puertas y los brazos abiertos!». Pretensiones que, como sabemos, era imposible materializar. No obstante, podéis estar seguros, como lo estamos nosotros, de que encontraréis otros espacios igualmente gratificantes —como lo habéis hecho hoy— y de que surgirán nuevas oportunidades para reencontrarnos en el futuro. Finalmente, permitidme que concluya esta apresurada crónica con unas postreras reflexiones sobre aquel tiempo feliz que compartimos en el barrio Virgen del Remedio, donde transcurrió vuestra infancia.
En aquellos años, en aquel distrito de la ciudad donde vivíais con vuestras familias, como tantas otras gentes humildes y laboriosas, una legión de niños y muchachos consumíais la niñez y estrenabais la adolescencia. Nosotros, los maestros, nos afanábamos para transmitiros nuestro mejor legado, empecinados como estábamos en que prosperaseis y en ayudaros a crecer y a ser ciudadanos responsables, participantes activos en la construcción de la nueva sociedad que reestrenaba la democracia, en la que debían prevalecer la decencia, la solidaridad y el civismo.
Siempre he tenido el convencimiento de que, en el precario e improvisado contexto que representó el desaparecido colegio Ruperto Chapí, todos juntos cocinamos un menú especial. Los chavales y las familias aportasteis llaneza, disposición, energía, actitud y, por encima de todo ello, generosidad. Nosotros, los profesores, pusimos sobre la mesa y os ofrecimos esfuerzo y dedicación, aderezados con nuestro compromiso, saber profesional y afecto. Nos parecía que eran los mejores ingredientes para ejercer el oficio de maestro, sin duda una forma decente de ganarse la vida pero, sobre todo, una manera de ganar la vida de los otros, como ha subrayado en alguna ocasión Emilio Lledó, uno de nuestros últimos filósofos y sabios vivos. Así pienso que fue entonces y así considero que lo es ahora. Maestros y alumnos, alumnos y maestros conviviendo estrecha y apasionadamente en los apretados territorios de las aulas. Inventando y rentabilizando los recursos, exprimiéndolos en esos efímeros y verosímiles escenarios, donde unos intentan ayudar a otros para que todos aprendan a ser y a estar, a vivir y a convivir. Allí germinan las semillas, crecen las raigambres, se tejen las relaciones y se conforman urdimbres que perduran años y años. Nada, ni los privativos espacios familiares, ni las fructíferas trayectorias personales, ni los éxitos o sinsabores profesionales y vitales atenúa el brío de los viejos vínculos, de las intensas complicidades que se forjaron. Bien al contrario, los aprendizajes, los afectos, las anécdotas, los recuerdos, las reelaboradas conciliaciones que se fraguaron durante aquellos años se mantienen vivos en la memoria de quienes fuimos sus protagonistas. Hoy hemos disfrutado de una excelente oportunidad para comprobarlo. Gracias, chavales, por hacerlo posible. Salud y progreso para todas y para todos.
PROMOCIÓN DE 1985 (C. P. RUPERTO CHAPÍ)
Grupo A
Matilde Albaladejo Pastor
Juan Carlos Almagro Ruiz
Isabel Alonso Lozano
Gregorio Alonso Osma
Francisco Álvarez Pareja
Pedro M. Amat Fernández
Antonia Aracil Marcos
Antonio Aragón Gómez
Mª Fuensanta Argilés Lucas
José Asensi Sánchez
José Luis Barriga Parra
Miguel Barrull Díaz
Juan Carlos Blanco García
Ana María Callado Hernández
José Vicente Campayo Martínez
Carmen Cana Herreros
Mª Isabel Carrasco Grimaldos
Agustín Congost Doménech
David Coronado Vives
Miguel Ángel Cubí Aracil
Ricardo Díaz Moreno
Mª Isabel Fernández Mérida
Mª José Fernández Moresi
Adela Ferrero Díaz
Rafael Forner Navalón
Jesús Miguel García Cano
David José García Ferrol
Javier Gómez García
Eva Izquierdo López
Mª Asunción Jaén Harinero
Grupo B
David CubÍ AraciL
Bernardo Esquiva García
Leopoldo Gumpert Jiménez
Alberto Guzmán Martínez
Ana Hernández García
José C. Lahoz Benito
Manuel J. López Martínez
Gregorio A. Lucas Pedroche
Carlos Marco Bonilla
Mª Asunción Martí Jiménez
Roberto Martín Fernández
Ubaldo Martínez Calvo
Mª José Muela Rosado
Rafael Pascual García
Mª Dolores Piqueras Ortíz
Yolanda Pomares Rico
Javier Ramírez Cruz
María del Mar Richart Carrasco
José Juan Rodríguez Sánchez
José Ignacio Ros Puche
Mª del Mar Samper Soriano
Cristina Sánchez Bustos
Juan Antonio Sánchez Ibarra
Jaime Sarrión Santamaría
Vicente Sarrión Santamaría
Javier Solís Cárdenas
María Cristina Soro Martínez
José Manuel Jiménez Valdivieso
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