Decía X. Carro, “cómo se nos va despoblando la
vida y se nos llena de sombras la memoria. Suaves y dulces sombras, fugaces
sombras visitantes que apenas idas, volvéis de nuevo a nuestro lado, pálidas y
silenciosas compañeras…”. Hoy la sombra que nos corteja es la de Enrico
Sbriccoli, Jimmy Fontana para todos, que se ha ido para siempre.
El sábado me iré a pasar unos días a Emilia Romagna, la región colindante con las Marcas, donde nació Enrico. Camerino es la ciudad que le vio nacer y que
contempló cómo ensayaba sus primeros pasos, tanto fisiológicos como musicales. Como
tantos otros, pronto se mudó a Roma para estudiar en la universidad y empezar a
colaborar con algunas orquestas de jazz de la capital. Allí escogió el nombre
que le haría famoso para siempre: Jimmy, en homenaje al saxofonista Jimmy
Giuffré; y Fontana, dice la leyenda que buscando al azar en las páginas de la
guía telefónica.
La marea de la música popular de los años sesenta encumbró
a Fontana que, en 1961, debutó en el festival de San Remo con Lady Luna, a dúo
con Miranda Martino. En 1965, lanzó su
obra más conocida y traducida, Il mondo, de la que él mismo grabó versiones
en castellano y catalán. En 1967, su álbum La mia serenata fue elegido
disco del verano en Italia y, en 1970, triunfó de nuevo con L’amore è bello (se
non è litigarello). Suya es, también, Qué será, aunque fueran Ricchi e Poveri
quienes la cantasen finalmente en el festival de San Remo y la popularizasen. A raíz de este
affaire, Jimmy se aleja de los focos y de la industria musical. Se retira a Macerata (apenas a 50 km. de donde nació) y se dedica a la gestión de un bar aunque, como todo músico que se precie, no abandona su pasión. Sigue componiendo y vuelve a San Remo en 1982, y hasta en 1994, en una de sus últimas apariciones, cuando el festival ya era otra cosa. Con
una banda improvisada, la Squadra Italia, presenta Una vieja canción
italiana, cuya letra rezuma melancolía, apuntando a su despedida: "Escucharás
una radio que suena lejana, cantará una vieja canción italiana…".
¡Ay, Jimmy, Jimmy! Tú, que nos abrías las puertas
del mundo girando infinitamente, ahora serás, también, otro querido habitante de la memoria, que vivirás en las soleadas
azoteas de nuestros recuerdos, saboreando la quietud de los días azules y la
amistad de las horas pobladas de palabras y poesía. Stammi bene!
Il mondo (J. Fontana)
No, stanotte amore
non ho più pensato
a te,
ho aperto gli occhi
per guardare
intorno a me,
e intorno a me
girava il mondo
come sempre...
Gira, il mondo gira
nello spazio senza
fine,
con gli amori
appena nati,
con gli amori già finiti,
con la gioia e col
dolore
della gente come me.
Oh mondo,
soltanto adesso io
ti guardo,
nel tuo silenzio io
mi perdo,
e sono niente
accanto a te.
Il mondo
non si è fermato
mai un momento,
la notte insegue
sempre il giorno,
ed il giorno verrà.
Oh mondo...
Il mondo
non si è fermato
mai un momento,
la notte insegue
sempre il giorno,
ed il giorno verrà.
No hay comentarios:
Publicar un comentario