Según cuenta la tradición, en cierta ocasión, Sócrates (no
el hijo de Antonio García, sino el filósofo) se encontró con un conciudadano
que le dijo:
-
¿Sabes lo que he oído decir de tu amigo?
-
Espera un minuto –le replicó–, antes
de que me digas nada, respóndeme a tres preguntas. No te preocupes, son
sencillas y sabrás contestarlas. Yo le llamo el examen del triple filtro.
-
¿Triple filtro?, preguntó sorprendido.
-
Correcto –continuó Sócrates–. Lo
he ensayado en otras ocasiones y me ha dado resultado. De manera que, si te
parece, antes de que me cuentes esas cosas sobre mi amigo, filtraremos tres
veces lo que me vas a decir, ¿de acuerdo?
-
Conforme, respondió aquel.
-
¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a
decirme es cierto? –le preguntó Sócrates–.
-
No –dijo el hombre–, solo te voy a contar lo que he
escuchado.
-
Está bien –replicó el filósofo–. De
manera que no sabes si realmente es cierto, o no.
-
¿Es algo bueno lo que vas a contar de mi amigo? –inquirió
a continuación–.
-
No, al contrario…
-
Entonces, deseas decirme algo malo sobre mi
amigo, pero no estás seguro de que sea cierto. Y finalmente, añadió:
-
¿Me servirá de algo saber lo que vas a contarme?
-
No, la verdad es que no, le respondió aquel.
-
Bien –concluyó Sócrates– si lo que deseas decirme no
sabes si es cierto, no es bueno y tampoco es útil, ¿para qué necesito saberlo?
Hoy es 5 de diciembre, el día acordado para celebrar el
vigésimo primer encuentro de esta nueva era, en Santa Pola. Nos congrega otra
vez la amistad, esa relación interpersonal que nos amalgama, sin dependencias
ni episodios, y en la que, sin embargo, cabe con toda sencillez la vida. Un
sentimiento que requiere la alteridad y que nos impide hablar de nuestros
amigos, hacer de ellos un tema de conversación, porque nos obliga a hablarles,
sin más. De certezas y utilidades, y también de incertidumbres y quebrantos.
Todo tiene cabida en la vida amistosa porque los amigos son esa familia que
elegimos para recorrer el camino de la existencia. Definitivamente, la amistad
es muchas cosas: es un sentimiento inabarcable, como es un concepto enorme y
maravilloso.
Eran las once y media cuando aparcábamos en el tramo medio de la avenida de Granada, lugar en que Pascual nos había emplazado. Allí, junto al Club Náutico, estábamos Sofo, Alfonso, Tomás y yo. Casi simultáneamente llegaba Pascual. Pocos minutos después aparecían Antonio Antón y Elías. Tras los habituales y fogosos saludos, sintiendo todos el frío que a esa hora de la mañana todavía se dejaba notar, nos hemos dirigido a ‘voramar’ buscando el confort de un sol que lucía radiante, escudriñando el panorama e intentando localizar al amigo que nos faltaba, Antonio García Botella, que, inmediatamente, como si hubiese oído nuestra llamada, ha aparecido frente a nosotros justo delante del Boulevard del Puerto, una reputada cervecería de esta zona lúdica de la fachada marítima de Santa Pola, regentada por un exalumno de Pascual (¿quiénes no serán exalumnos de Pascual en este lugar?). Faltaba Luis que, una vez más, se ausentaba por imponderables sobrevenidos. Así que, tras el breve paréntesis de las primeras conversaciones, nos hemos encaminado hacia el Museo de la Sal, ubicado en las instalaciones de un antiguo molino del Parque Natural de la Salinas de Santa Pola. Una amabilísima guía, a la que olvidé preguntar su nombre (vayan por delante mis disculpas), nos ha explicado detalladamente la historia del parque y el proceso de extracción de la sal y su historia. Nos ha invitado a realizar algunos itinerarios para observar flamencos, cercetas pardillas, tarros blancos, garcetas comunes, gaviotas patiamarillas, cigüeñuelas, etc. Ofrecimiento que hemos agradecido, prometiéndole volver otro día para completarlo. Entre tanto, Domingo Moro, con la impagable ayuda del whatsupp, seguía nuestro recorrido desde Ibiza, acompañándonos y animándonos a disfrutarlo.
Eran las once y media cuando aparcábamos en el tramo medio de la avenida de Granada, lugar en que Pascual nos había emplazado. Allí, junto al Club Náutico, estábamos Sofo, Alfonso, Tomás y yo. Casi simultáneamente llegaba Pascual. Pocos minutos después aparecían Antonio Antón y Elías. Tras los habituales y fogosos saludos, sintiendo todos el frío que a esa hora de la mañana todavía se dejaba notar, nos hemos dirigido a ‘voramar’ buscando el confort de un sol que lucía radiante, escudriñando el panorama e intentando localizar al amigo que nos faltaba, Antonio García Botella, que, inmediatamente, como si hubiese oído nuestra llamada, ha aparecido frente a nosotros justo delante del Boulevard del Puerto, una reputada cervecería de esta zona lúdica de la fachada marítima de Santa Pola, regentada por un exalumno de Pascual (¿quiénes no serán exalumnos de Pascual en este lugar?). Faltaba Luis que, una vez más, se ausentaba por imponderables sobrevenidos. Así que, tras el breve paréntesis de las primeras conversaciones, nos hemos encaminado hacia el Museo de la Sal, ubicado en las instalaciones de un antiguo molino del Parque Natural de la Salinas de Santa Pola. Una amabilísima guía, a la que olvidé preguntar su nombre (vayan por delante mis disculpas), nos ha explicado detalladamente la historia del parque y el proceso de extracción de la sal y su historia. Nos ha invitado a realizar algunos itinerarios para observar flamencos, cercetas pardillas, tarros blancos, garcetas comunes, gaviotas patiamarillas, cigüeñuelas, etc. Ofrecimiento que hemos agradecido, prometiéndole volver otro día para completarlo. Entre tanto, Domingo Moro, con la impagable ayuda del whatsupp, seguía nuestro recorrido desde Ibiza, acompañándonos y animándonos a disfrutarlo.
En el restaurante Nueva Casa del Mar |
Allá estaba Rafa Bonmatí, otro exalumno de Pascual, que nos esperaba en la barra de su establecimiento con los brazos abiertos, una espléndida mesa redonda y un menú sensacional. En un salón inusualmente despejado, hemos despenado unos aperitivos a base de tacos de bonito con tomate raff, salmonetes exquisitamente fritos, quisquillas de nasa y un calamar a la plancha buenísimo. Todo ello constituía un preámbulo a la altura del plato principal: una caldereta de rubio, gallopedro y lubina, aderezada con unas patatas y una salsa inmejorables. Todos hemos confesado abiertamente que hacía años que no degustábamos algo similar. Un excepcional menú, regado con unas botellas de Pago de los Capellanes joven y rematado por un soufflé a la altura de las circunstancias.
La degustación de semejante menú ha dispuesto nuestros ánimos para emprender sin demora la habitual sobremesa musical. Antonio Antón ha echado mano mano de su inseparable guitarra y, tras algún escarceo por la canción popular que tanto aprecia (y en el que inusualmente tomó parte muy activa Pascual, con una aportación local y antológica, de marcado carácter marinero-escatológico), la inspiración voló a las cercanías del bolero: Si tú me dices ven, El reloj, Nosotros…, entre otros, han sido dignos broches a una sobremesa espléndida.
Casi estábamos preparando la despedida cuando alguien ha propuesto cruzar la calle y visitar la subasta del pescado que se estaba celebrando en la Lonja. En un plis plas a Pascual –que, como sabemos, apenas tiene conocidos, ni ascendente sobre los santapoleros– le ha faltado tiempo para encontrar a un amable señor que nos ha acomodado en una tribuna desde la que hemos presenciado, anonadados, un espectáculo fastuoso. Una subasta plenamente mecanizada y puesta al día tecnológicamente y, sin embargo, con un empaque auténticamente tradicional que destila un regusto de autenticidad increíble. Hemos disfrutado de una experiencia única que nos ha proporcionado la oportunidad de admirar, vivita y coleando, una amplísima muestra de las especies que todavía atesora nuestra mar.
Puerto de Santa Pola |
Como se acerca la Navidad, ahí va mi felicitación para todos, que toma la forma de un poema que se atribuye, creo que con poco fundamento, a Jorge Luis Borges. Bon Nadal per a tothom!
Poema de la Amistad
No puedo darte
soluciones para todos los problemas de
la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar
tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
[T]us alegrías,
tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las
decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me
lo pides.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me
lo pides.
[N]o puedo evitar
tus sufrimientos cuando alguna pena te
parta el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger
los pedazos para armarlo de nuevo.
parta el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger
los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte
quien eres ni quien deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.
[E]n estos días
pensé en mis amigos y amigas,
entre ellos, apareciste tu.
entre ellos, apareciste tu.
No estabas arriba,
ni abajo ni en medio.
No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el número uno ni el número final.
No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el número uno ni el número final.
Lo que se es que
te destacabas por alguna cualidad que
transmitías y con la cual desde hace tiempo se
ennoblece mi vida.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero, el
transmitías y con la cual desde hace tiempo se
ennoblece mi vida.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero, el
segundo o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo.
[G]racias por ser mi amigo.
Basta que me quieras como amigo.
[G]racias por ser mi amigo.
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