Hace
casi tres semanas que me tiene absorto el tema de la memoria. A comienzos del
pasado otoño, Pedro Olivares nos convenció, a Emilio Soler y a mí, para que nos
incorporamos a trabajar con la Comisión Cívica de Alicante para la Recuperación
de la Memoria Histórica. Hasta entonces, apenas tenía vagas noticias y pocas
referencias de su actividad. Tampoco era mucha mi información sobre la tarea
que llevan a cabo las asociaciones de la memoria, las comisiones de la verdad
y, en general, el movimiento ciudadano vertebrado en torno a las violaciones de
los derechos humanos que han producido todas las dictaduras: en España, en
Europa y en el mundo.
Representantes de la Comisión en el Parlamento Europeo |
Hace
apenas dos meses, no tenía ni idea de las ramificaciones y derivas que tiene la
memoria histórica. Las últimas semanas hemos estado preparando el viaje al
Parlamento Europeo, en Bruselas, para dejar constancia del trabajo que realiza
la Comisión en Alicante desde hace más de una década, y para demandar de esa
gran casa de la democracia europea solidaridad y un pronunciamiento
institucional, explícito e inequívoco, que condene los crímenes de la Guerra
Civil y del franquismo. Fuimos allá, invitados por el eurodiputado Vicent
Garcés, y nos sorprendió ser la primera comisión de la memoria que ha
comparecido allí para demandar la condena sin paliativos de crímenes que
permanecen impunes. Antes de viajar, éramos conscientes de nuestras
posibilidades, y todavía lo somos más a la vuelta.
Lo cierto es que hemos conseguido bastantes de nuestros propósitos. Pienso que hemos iniciado una nueva fase en los trabajos de la Comisión y ello hace más inmensa, si cabe, la tarea que queda por hacer. Pese a todo, en ello estamos y pensamos seguir estándolo. Los republicanos y las republicanas, sus familias y la ciudadanía en general tienen todo el derecho a saber la verdad y a obtener la justicia, el reconocimiento y la reparación que todo ser humano merece, especialmente cuando se le desprovee violentamente de sus más elementales derechos y se le hace desaparecer impunemente.
Lo cierto es que hemos conseguido bastantes de nuestros propósitos. Pienso que hemos iniciado una nueva fase en los trabajos de la Comisión y ello hace más inmensa, si cabe, la tarea que queda por hacer. Pese a todo, en ello estamos y pensamos seguir estándolo. Los republicanos y las republicanas, sus familias y la ciudadanía en general tienen todo el derecho a saber la verdad y a obtener la justicia, el reconocimiento y la reparación que todo ser humano merece, especialmente cuando se le desprovee violentamente de sus más elementales derechos y se le hace desaparecer impunemente.
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