domingo, 16 de junio de 2013

Vini Maio, en Alicante.

Sábado, 15 de junio. Luceros, olor a pólvora, cóctel de pasacalles con la Entrada de Bandas, “belleas” por doquier.  Alicante, Hogueras 2013.

Luceros, 16. Se anuncia Vini Mayo. El eterno aprendiz de artista se reinventa otra vez  y vuelve a su ciudad. Ocho y media de la tarde. Algo más de medio aforo. ¡Buena entrada para un debut en solitario!. Emilio, Concha y Laura, en primera fila, con Amalia, Elisa y Yasmina. Juanra y Charlie, junto con las hermanas Foriscot y familia. María, cámara de fotos en ristre, inmortalizando el evento en video, y sus amigas alicantinas. David, Rocío y Julia, también en primera fila. Tomás y Mariano. Pascual Ruso y sus jóvenes y dinámicas acompañantes. Verónica, la de Wanadoo, inteligente y ocurrente, con su amiga. Fran, Carmen y Naia. María José y Fran. Y así, hasta medio centenar de fans incondicionales y expectantes. Un lujo de auditorio, aderezado con abrazos sinceros, besos y parabienes. Roberto, a la batería, ataca los primeros redobles. Mientras, Vini Maio dedica a su amada María una de las mejores canciones de su álbum Doce: “Te encontré en Madrid”.

Empieza el concierto. Se entreveran emociones y recuerdos. David, Charlie y Vicente, los Indra. Los “locales de ensayo” en casas prestadas de la Florida, la calle Castaños y el Barrio Obrero. El Cutrón, finalmente. La carga y descarga de las guitarras, bafles, atriles y demás pertrechos en el Peugeot 307. ¿Cómo era posible cargar todo aquello, además de transportar a cuatro personas?. Los actuaciones en los baretos, diseminados por playas, huertas y pueblos, desde Cartagena a Gandía, pasando por Ibi o Alcoi. Decenas de versiones de los clásicos del rock y del pop. Los insaciables guiris pidiendo más y más bises y canturreando letras con más voluntad que tono. Luego llegó Valencia, El País de las Tentaciones y la Fnac. Los 'Cachorros' del blues. BB King y el gran premio: ganar y conseguir a Lucille.

Fin de una etapa y primera vuelta a casa para reinventar Indras. Y de nuevo la aventura. Esta vez con más pretensiones: Madrid. El piso en Atocha, herencia de los Guaraná. Las primeras actuaciones en los bares madrileños (Honky Tonk, Kitty O'Sheas, O'Neils...).  Las búsquedas incansables, contumaces, desesperadas. El peregrinar  por discográficas, promotoras, editoriales… Cinco años de gestiones, trabajo intenso, fiestas, vida insalubre, disputas, crisis, crecimiento personal y profesional, relaciones sociales, aprendizaje, sufrimiento... Hasta hubo tiempo para el amor. Allí surgió María y rebrotó Elena. La mitad de los Indras emparejados y todos autodisueltos, finalmente. Tres discos en el mercado. Una gran tournee con los 40 Principales, todo un verano sonando en la radio y al final…no quedó otra alternativa que el desistimiento. La crisis de la industria discográfica y la explosión de internet pudo con todo. Todos para casa y cada uno a lo suyo.

Empezaba la tercera re-invención, personal y profesional, de Vicente: ahora Vini Maio. Y entremedias,  alumbramiento de la nueva opera prima en solitario: Doce. Doce canciones, para el año dos mil doce, creadas a lo largo de él y editadas en su mes de diciembre. Casi todas sonaron esta tarde-noche: Mejor que Bob Dylan, Lay Down Sally, Te lo di todo, Quiero creer, Un día perfecto, I Love Benidorm, El día D, Otra vida vendrá. Las exigencias del directo descartaron algunas, lo que nos dio la oportunidad de escucharle otras, inéditas o versionadas: Voy a luchar por ti, Waiting for my Baby on a Sunny Day, Sweet Child O'Mine y la inefable While my Guitar Gently Weeps, de George Harrison.

Las 22:15 h.  Final del concierto. Nuevos besos, otra despedida. Recogida de bártulos y de nuevo al camino. Vini Maio, aquí y ahora. A inventar y a reinventarse. Volverá y nos traerá más canciones, porque lo cierto es que nunca se ha ido. ¡Salud y suerte!.


2 comentarios:

  1. Creo que Vini Maio tubo buenos maestros en eso de la re-invención... :-) Muaaaaas!!

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